martes, 23 de marzo de 2010

Cine Club: Memorias de Antonia

Cerramos el ciclo "La Mujer en el Cine" con la presentación de la película "Memorias de Antonia".

Lugar: Centro Cultural y Ecológico Tzolk'in en el Centro de Negocios Emprendedor, Salón Tucán (junto al local de Artículos Militares México).

Domicilio: Av. López Portillo esq. Av. Kabah, Sm. 59, Mz. 8.

Fecha: Viernes 26 de Marzo a las 20:30 hrs (8:30 pm).


Cuota de Recuperación: $10.00


Título
: Memorias de Antonia (Antonia, 1995)

Dirección : Marlene Dorris

Guión
: Marlene Dorris

Reparto: Willeke van Ammelrooy (Antonia), Els Dottermans (Danielle), Dora van der Groen (Allegonde) y Veerle van Overloop (Thérèse)

Sinopsis: Antonia (Holanda-Bélgica, 1995), conocida en castellano como Memorias de Antonia es una co-producción belgo-holandesa dirigida por Marlene Gorris, que nos habla del tema de la justicia desde el punto de vista de la mujer. Hay momentos de gran drama y tragedia pero lo que más se queda en la memoria es su belleza lírica, su humor compasivo y su ternura. El lado poco amable de las relaciones familiares dentro del convencionalismo heterosexual, lo cual llega a incluir extremos como la violación o el incesto, así como más “normales” desigualdades y actitudes represivas asociadas con el matrimonio, son contrastadas en una serie de alternativas idílicas que redefinen positivamente las llamadas “desviaciones” en la visión que se nos ofrece de una verdadera comunidad humana basada en valores como el amor, la aceptación, la diversidad y la igualdad.

Estos valores y la justicia son articulados conjuntamente bajo la dirección de Gorris: principal y particularmente a través de la idealizada figura matriarcal de Antonia (Willeke Van Ammelrooy), una mujer cuya familia se extiende más allá de su lineaje femenino para incluir también al conjunto de “inadaptados” del pueblo. En el nuevo orden social gradualmente creado por la influencia de Antonia a través de los años y de distintas generaciones, la justicia ha sido liberada de las instituciones – particularmente de la iglesia- que han fallado en proteger, o siquiera reconocer, al inocente discapacitado, al niño vulnerable, a la madre desesperada; o a castigar, siquiera nombrar, al padre insensible, al hijo violento, al cura hipócrita; a amar, celebrar y respetar los distintos procesos de la vida y de vivir.

La violencia masculina es anunciada como tema central desde muy temprano en la cinta, a través de los las quejas y furia de la madre de Antonia, así como la explicación que da Antonia a Danielle acerca de cómo su padre era un “viejo rabo verde”. Esta vieja furia de la anciana ha continuado por más de treinta años después de la muerte de su marido. Antonia se da cuenta que su madre nunca obtendrá la paz, ni siquiera después de muerta. Es en este momento de la historia en que justo a tiempo para heredar el poderoso legado de su moribunda madre que Antonia se convierte en un personaje vengador casi por azar pues ella no tiene considerada en mente esa “misión”. Antonia, junto con su hija Danielle, se convierten en las verdaderas libertadoras del pueblo, más que las tropas estadounidenses al final de la Segunda Guerra Mundial, como simbólicamente queda plasmado con la manta que reza “Bienvenidos Libertadores” que enmarca la primera aparición de Antonia en pantalla. Mientras que la furia de su madre era inútil aunque escandalosa, Antonia efectivamente suministra justicia en contra de los violentos, especialmente los culpables de ejercer violencia sexual, para beneficio de la comunidad a la que ha regresado.




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