martes, 6 de abril de 2010

Cine Club Juvenil: Zapata, El Sueño del Héroe

Fecha: Viernes 9 de Abril a las 18:00 hrs (6:00 pm) y Sábado 10 de Abril a las 10:00 am.

Lugar: Centro Cultural y Ecológico Tzolk'in, Salón Tucán (Av. López Portillo esq. Av. Kabah junto al local de Artículos Militares México)


Cuota de Recuperación: $10.00


Título: Zapata, el Sueño del Héroe (2004)

Dirección: Alfonso Arau

Guión: Alfonso Arau

Intérpretes: Alejandro Fernández (Emiliano Zapata), Patricia Velázquez (Josefina Zapata), Lucero (Esperanza), Jesús Ochoa (Victoriano Huerta), Jaime Camil (Eufemio Zapata), Justo Martínez (Porfirio Díaz), Soledad Ruíz, Arturo Beristáin (González), Julio Bracho (Jesús Guajardo)

Sinopsis: La película sucede en último cuarto del siglo XIX y en los primeros diecinueve años del siglo XX, durante la dictadura de Porfirio Díaz (Justo Martínez), la presidencia de Francisco I. Madero, el cuartelazo de Victoriano Huerta, la Convención de Generales y, finalmente, la muerte de Zapata (Alejandro Fernández), ya en la etapa constitucionalista de Venustiano Carranza.

El filme no pretende ser una cátedra de historia sino una fábula que logre la identificación de los espectadores con el héroe, a través del enfrentamiento sucesivo del protagonista con el poder, representado en la figura antagónica de Victoriano Huerta (Jesús Ochoa). En ella, Emiliano Zapata aparece como un predestinado, “la señal” en su pecho, la marca o lunar en forma de manita es el signo que lo identifica como el esperado por los Huehuetlatolli (los herederos de la tradición) para ser su guía. Así, vemos el nacimiento de Emiliano, donde es reconocido como el posible líder de su pueblo. Zapata tendrá que romper con su visión de la “realidad real” y adentrarse en ese otro conocimiento mágico de la tradición mexicana y su inescrutable sincretismo religioso.

Su padre es despojado de sus tierras por el hacendado Pimentel, quien es protegido por Victoriano Huerta y “los Rurales”. Zapata jura recuperarlas cuando sea mayor. Ciertos poderes lo acompañan, un extraño dominio sobre los caballos, un imán carismático con los campesinos y las mujeres. Su rectitud, nobleza, incorruptibilidad hacen que los viejos del pueblo le den el bastón de mando para que encabece la revuelta. Para eso necesita prepararse como un guerrero, un hombre de conocimiento; son las chamanas quienes se encargarán de este entrenamiento. Por otro lado, necesita un ejército, y lo necesita armado. Empiezan así, Zapata y sus “apóstoles”, una guerra de guerrillas con atentados y sabotajes para apoderarse de las armas de los federales, encabezados por Victoriano Huerta, que junto con Jesús Guajardo (Julio Bracho) y Pablo González (Arturo Beristáin) conforman la metáfora del poder al que tiene que enfrentarse Emiliano Zapata.



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